sábado, 8 de noviembre de 2014

El Krausismo español

En una época en la que parece que el mundo se hunde cada día más, donde prima la economía por encima de todo y todos, donde los sistemas educativos son desfasados y pobres; descubro, que a finales del s.XIX, y precisamente en mi país, un grupo de intelectuales y filósofos, intentaron cambiar a las cosas. Intentaron introducir una corriente filosófica novedosa para la época, que defendía la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al dogmatismo; incluyendo esta filosofía en el sistema educativo. Algo que no gustó a la parte más católica y tradicional de la sociedad española, y que terminó con ella al comienzo de la Guerra Civil (1936).
Esta corriente filosófica llamada Krausismo por su creador, el alemán,  Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832), fue introducida en España alrededor de 1850, aunque la primera toma de contacto del krausismo y España fue en 1940, cuando un grupo de intelectuales, entre ellos Sanz del Río, estudian el “Curso de derecho” de Ahrens.
Tras esta primera toma de contacto con la corriente filosófica krausista, Julián Sanz del Río decide viajar a Alemania (1944) a estudiar a fondo esta corriente.  Pasaría un año en Alemania, y a su vuelta se formaría el grupo de intelectuales denominados krausistas que agrupaba a la burguesía liberal y promulgaba la racionalización de la cultura española.
Unos años más tarde, y tras la muerte en 1869 de Sanz del Río, se crearía en 1876 la Institución de Libre Enseñanza con una base krausista, que se convertiría en institucionalista.
He de detenerme un momento en los principios de la pedagogía institucionalista que seguían en la ILE, pues pienso que muchos de estos puntos deberían ser tenidos muy en cuenta hoy en día por los partidos políticos a la hora de crear una nueva ley de educación.
En los puntos de la “Educación e instrucción” y la “Educación activa”, promulgan que no hay que “instruir al niño con una serie de conocimientos acumulativos, sino de ayudar a su propia formación como persona libre por medio de una educación conveniente y adecuada” (Jiménez García, 1987, p.152); y además hay que motivarlo por medio del método socrático. Quieren que el alumno desarrolle la creatividad y la espontaneidad, convirtiéndolo así de sujeto pasivo a sujeto activo. Método que está muy lejos de la realidad actual en las aulas de nuestro país. En nuestro sistema educativo, sobre todo en primaria y secundaria (y en gran parte de estudios universitarios), la gran mayoría (por no decir todos) de los métodos didácticos se basan en dar una clase magistral, donde el alumno es un sujeto pasivo, para después ser examinado de unos conocimientos sobre la materia, que previamente a memorizado (entendiéndolos o no), con el consiguiente resultado de que pasado el examen, todos, o casi todos, esos conocimientos adquiridos desaparecerán.
Otro de los puntos importantes, a mi parecer, en  los principios de la pedagogía institucionalista, fue la coeducación. Hoy en día quizá este punto no tenga nada de sorprendente o novedoso, pero a finales del s. XIX, cuando se creó la ILE y las ideas krausistas entraron con fuerza en nuestro país, esto era algo impensable en la educación tradicional. En palabras de A. Jiménez García, en su libro “El krausismo y la Institución Libre de Enseñanza”,  “la coeducación era algo anti-moral, anti-higiénico y contra natura.”(1987; p. 157). Pero los krausistas eran partidarios de la educación de la mujer y su elevación social. No entendían por qué había tanto escándalo en que la mujer compartiese educación con, y como, el hombre, y sin embargo los niños y las niñas convivieran juntos en el resto de aspectos de la vida (en la familia, en la calle, en los juegos…). Querían introducir la escuela mixta desde el parvulario hasta todos los grados superiores de enseñanza.
No podemos saber que hubiese pasado con la educación de la mujer española si los krausistas e institucionalistas no hubiesen introducido la coeducación en el sistema educativo de nuestro país; pero sabiendo que la gran parte de este mérito corresponde a los krausistas, no nos queda menos que agradecérselo enormemente.
Otro punto a destacar en los Estatutos de la ILE (31 de mayo de 1876), es el artículo 15., en el que se proclamaba “ajena a todo espíritu e interés de comunión religiosa o partido político; proclamando tan sólo el principio de libertad e inviolabilidad de la ciencia…” (Institución Libre de Enseñanza, 1876). Punto prácticamente impensable en nuestra sociedad de hoy, debido al Concordato firmado entre el Estado Español y la Santa Sede (1953), por lo que es casi imposible separar la religión católica de la educación. Y debido también, a los intereses político-económicos que todos los partidos que suben al poder tienen sobre el sistema educativo del país, reflejado en una nueva ley de educación en cada una de las legislaturas del gobierno central.
En definitiva, en mi humilde opinión, desconocedora de muchos datos de la historia de nuestro país, e iniciada en temas educativos, creo que deberían incluirse muchos de los puntos de la filosofía krausista en los sistemas educativos españoles ( o mundiales). Deberían dejar de plantearse la educación desde un punto economicista y empezar a verla como tal, una instrucción por la cual se deben formar personas completas en todos los aspectos: intelectual, social y humano;  ya que como dice Ken Robinson “el sistema educativo actual es anacrónico”, y el cambio es urgentemente necesario.  Podemos empezar cuidando la creatividad desde la educación infantil, y no impedir que evolucione conforme el sujeto avanza en sus niveles educativos.
La creatividad es nuestra amiga y nos va a ser útil en todos los aspectos de la vida, por eso hay que cuidarla y trabajarla siempre.


Referencias bibliográficas
JIMÉNEZ GARCÍA, A. (1987): El krausismo y la Institución de Libre Enseñanza. Madrid: Editorial Cincel.
REDES 87. El sistema educativo es anacrónico. Dirigido por Eduardo Punset [video online] [acceso 13 Marzo 2011]  < http://www.redesparalaciencia.com/4593/redes/redes-87-el-sistema-educativo-es-anacronico >
Bibliografía
JIMÉNEZ GARCÍA, A. (1987): El krausismo y la Institución de Libre Enseñanza. Madrid: Editorial Cincel.
RUÍZ BERRIÓ, J., Perspectivas: revista trimestral de educación comparada,
vol. 23, nos 3-4, 1993, pp. 808-821.






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