sábado, 16 de mayo de 2015

Francesca Woodman. La artista que se desvaneció en la fotografía.


Mi TFM me está haciendo descubrir grandes artistas que desconocía que me están inspirando mucho.

Hoy os voy a hablar de Francesca Woodman (Denver,1958- New York 1981).  Francesca fue una fotógrafa nacida en una familia de artistas (de padre pintor y fotógrafo, y madre escultora y ceramista), que empezó a interesarse por la fotografía a la edad de 13 años. 


Primera fotografía tomada por Francesca a los 13 años.


Las fotografías que realizaba eran en blanco y negro, normalmente de formato cuadrado, y la mayoría de las veces con ella como protagonista. La naturaleza y las casas antiguas jugaban un papel importante en las composiciones de Francesca, que parecían narrar escenas llenas de melancolía y tristeza con ella como centro de todo. Fotografías que hablan de su relación con el mundo exterior, la vulnerabilidad, lo fantasmagórico. Francesca parece desaparecer en sus autorretratos. Desvanecerse. Confundirse con el papel de la pared, o perderse en la fugacidad de la imagen; en el movimiento de su cuerpo que atraviesa la fotografía como un fantasma, como una representación de ella misma que realmente no está ahí. 






Como afirma Fernando Castro Flórez, se sentía en cierta medida frustrada porque sus proyectos resultaban ridículos, completamente ilógicos o ilegibles. "Si en sus últimas obras parecía que pretendiera convertirse en una cariátide o en una bacante, en realidad lo que estaba haciendo era radicalizar su estrategia de desplazamiento. Acaso soñaba con convertirse en cosa.
En la obra de Francesa Woodman tenemos una lógica, al mismo tiempo, del sentido y la sensación, en esa profundidad de la superficie, en la frontera epidérmica que nos protege, precariamente, del mundo, sin por ello dejar de sedimentar todas las circunstancias y, al fin, ser humana carnalidad del mundo. Su pensamiento-en-cuerpo es rítmico, espaciamiento, latido, dando lugar al tiempo de la danza, el paso del mundo". 






Francesca se suicidó, a la edad de 21 años, tras sufrir una grave depresión debida a un fracaso profesional y una ruptura sentimental. Dejó una carta de suicidio que envió a una amiga de la escuela, Sloan Rankin, en la que decía: " Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café, y preferiría morir joven dejando varias realizaciones, en vez de ir borrando atropelladamente estas cosas delicadas...". En el documental The Woodmans (2010), Sloan diría sobre Francesca: "Tenía un interior frágil. Era una persona frágil y por eso hacia fotos preciosas. Las fotos son fotos de una persona sana que observa un interior frágil".




La última entrada en su diario fue el 19 de Enero de 1981, en el que escribía: " Esta acción que preveo no tiene nada que ver con un melodrama. Yo era, ¿soy?, no única, pero sí especial. Por eso era artista. Inventaba un lenguaje para que las personas vieran las cosas cotidianas como las veo yo y enseñarles algo diferente. Pero no hay nada que hacer si no puedo tomar la gran ciudad, o pierdo la confianza o pierdo mi corazón. No hay que dar lecciones a otros, solo el otro lado".


He de confesar que me ha encantado el trabajo de esta fotógrafa. Me he enamorado de su delicadeza, de su dolor, de sus imágenes, de su arte. Me ha inspirado mucho para realizar un proyecto fotográfico personal que pienso empezar en cuanto tenga un poco de tiempo libre. 

Para terminar el post os dejo con el documental The Woodmans, por si a alguien le interesa saber más acerca de Francesca, su vida,sus sueños, y su adiós.





Espero que a alguno de los que leáis esto, la obra de Francesca os llegue tan adentro como le ha llegado a mi.

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